Salvador Dianez Navarro ha sido enviado a nuestra parroquia, y se nos presenta él mismo en la siguiente carta:
Mi nombre es Salva y soy natural de Sevilla. Mi vida se desarrolla en una maravillosa familia numerosa compuesta por mis padres (José Carlos y Ana), mis cuatro hermanas y yo.
Pastoralmente, me inicio en las catequesis de comunión en el colegio San Antonio María Claret, en el que curso mis estudios de primaria (antigua EGB). Posteriormente recibo el sacramento de la confirmación en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, dentro de la base militar de Tablada, ya que el instituto en el que estaba pertenecía al Ministerio de Defensa.
Desde muy pequeño, y gracias a la educación y al ejemplo recibido en casa, siento una inquietud especial hacia los más necesitados, que me hace incorporarme a una asociación juvenil en Torreblanca, denominada GATO (Grupo de Amigos de Torreblanca) trabajando con niños en situación de riesgo de exclusión social. Dicha inquietud me lleva a la India, Calcuta, para pasar un verano con las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa, aquella experiencia cambió mi vida. Es al regreso cuando vuelvo a mi parroquia de origen, Ntra. Sra. de los Remedios, cuyo párroco hasta el año pasado fue mi tío Paco, mi gran referente sacerdotal, y que goza ya de la presencia del Amor del Padre, para integrarme en las catequesis de comunión, confirmación, catequesis de adultos, grupos de vida…y todo cuanto fuera necesario llevar a cabo en la misma.
Compaginando mis estudios en Historia del Arte con mis ocupaciones parroquiales comienzo a colaborar con un Instituto de vida consagrada “Villa Teresita” para atender a mujeres víctimas de trata, proyecto al que sigo vinculado de manera especial.
A día de hoy, y tras ejercer varios años de profesor de Ciencias Sociales en las salesianas de Utrera, curso tercero en el seminario metropolitano de Sevilla, primer año este, que recibimos destino pastoral, con la suerte de haber sido enviado a Mairena del Alcor. Parroquia de Nuestra Sra. de la Asunción que destaca, entra otras cosas, por su gran trabajo pastoral, al que me incorporo humildemente con toda la ilusión del mundo, con el convencimiento de aprender mucho de todos y cada uno de sus fieles.
Sin más recibid un fuerte abrazo y contad con mis oraciones,
Salva.
